“Rhapsody on a theme of Paganini – Variation 18” y “Vocalise” de Sergei Rachmaninoff

El Capricho número 24 de Paganini es una de las piezas más aclamadas del repertorio violinístico. En mi opinión se trata más de efectos especiales que de otra cosa, porque lo único que le falta por hacer al intérprete con su instrumento es el pino puente, pero debo de ser el único que piensa así porque montones de músicos (Listz, Schumann y Brahms, entre otros) lo han usado como motor de arranque de alguna de sus composiciones. Ya en el ocaso de su carrera, Sergei Rachmaninoff también escribió sus propias variaciones sobre el tema de Paganini, y sentó cátedra al hacerlo. En los veintitantos minutos que dura la composición Rachmaninoff teje un caleidoscopio de ambientes en contraste, que mudan de lo lírico y lo melancólico a lo sombrío y lo dramático; tan pronto te encuentras con una marcha como con un minueto, o incluso un dies irae como si de un réquiem se tratara. O, así de pronto y sin avisar, con la inconcebiblemente hermosa variación 18.

El tema en que se basa el Capricho de Paganini es en sí mismo una insignificancia, las cinco notitas de nada “la-do-si-la-mi”. Podéis escucharlas a continuación: Paganini. ¿Insípido, no? A Rachmaninov se le ocurrió aplicarle una técnica de composición conocida como inversión de la melodía, que consiste en replicar la secuencia de notas, conservando la separación entre semitonos, pero invirtiendo la dirección. Por ejemplo, en el tema de Paganini los semitonos fluctúan conforme al patrón “+3,-1,-2,+7” (de la a do subimos tres semitonos, de do a si bajamos uno, etc.). Si usamos la regla inversa “-3,+1,+2,-7” y partimos de mi obtenemos “mi-do#-re-mi-la”. Parece un truco demasiado barato para generar algo productivo, pero fijaos lo que sale: Rachmaninoff. Si una bicoca así cae en los pies de un depredador con tanto instinto melódico como el ruso, lo normal es que la jugada acabe en gol; en el caso que nos ocupa, Rachmaninoff la clava por toda la escuadra.

Rhapsody on a theme of Paganini – Variation 18 / Sergei Rachmaninoff
Rhapsody on a theme of Paganini – Variation 18 / Sergei Rachmaninoff
Piano: Stephen Hough; orquesta: Dallas Symphony Orchestra; dirección: Andrew Litton

Por toda la escuadra, evidentísimo, aunque nos hemos quedado sin partido en un suspiro. Suerte que aquí está el árbitro para decretar una prórroga de siete minutos y así podáis disfrutar de “Vocalise”, otra de las barbaridades de este genio. Es la última de las 14 canciones de su Opus 34 (1915), pensada en principio para soprano o tenor con acompañamiento al piano. Una canción bastante peculiar, por cierto, ya que carece de letra: se supone que el/la cantante va trazando la melodía con una única vocal, a su elección. Con su infalible olfato rematador, Rachmaninoff preparó de inmediato un arreglo para orquesta que se ha convertido, con los años, en una de sus piezas más interpretadas.

No me sorprende lo más mínimo.

Vocalise / Sergei Rachmaninoff
Vocalise / Sergei Rachmaninoff
Orquesta: Filarmónica de San Petersburgo; dirección: Mariss Jansons

Más música redonda de Sergei Rachmaninoff:

“Concierto para piano n.º 2 en do menor – Adagio sostenuto” (1901) y “Sinfonía n.º 2 en mi menor – Adagio” (1907).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *