Korchmar - Poliak

Kiev 1937


1.e4 e5 2.Nf3 Nc6 3.Bb5 d6 4.d4 Bd7 5.Nc3 Nf6 6.O-O Esta posición ya se dio en la partida Tarrasch-Marco (junio de 2013). 6...Nxd4?! Una jugada sospechosa. El cambio de piezas menores en d4 y d7 que tendrá lugar a continuación no es malo en sí; el problema es que con este orden de jugadas el blanco gana un tiempo. Lo correcto es 6...exd4 (o 6...Be7 como jugó Marco, que lleva por transposición al mismo resultado) 7.Nxd4 Be7 8.Re1 y ahora sí es viable la secuencia 8...Nxd4 9.Bxd7+ Qxd7 10.Qxd4 O-O. La alternativa 8...O-O también es digna de consideración, aunque tras 9.Bxc6 bxc6 10.Qd3 Re8 11.b3 Bf8 12.Bb2 g6 13.Rad1 Bg7 14.h3 Qb8 15.Nf3 el blanco, con el avance e4-e5 en perspectiva, retuvo cierta ventaja en una partida Nunn-Portisch de 1987. 7.Bxd7+ Qxd7 8.Nxd4 exd4 9.Qxd4 Be7 Tal vez Poliak esperaba aquí 10.Re1 O-O, llegándose por inversión de jugadas a la variante antes indicada, pero Korchmar tenía una sorpresa reservada: 10.Rd1! Capablanca jugó 10.Bg5 contra Schiffman en 1909 pero el movimiento de Korchmar tiene más picante. 10...O-O? El enroque se antoja tan natural como en la partida Tarrasch-Marco pero, al igual que entonces, resulta ser un serio error. Era mejor 10...Qe6 11.Nd5 Bd8 12.Qb4 b6 13.Bg5 Rc8 14.Nxf6+ Bxf6 15.Bxf6 Qxf6 16.Qa4+ c6 17.Qa3 Rd8 18.Rab1, aunque el negro tendrá que sudar bastante para no perder alguno de los peones del ala de dama. 11.e5! Este es el quid. Con la torre en e1 podría capturarse el peón sin ningún problema. Ahora, sin embargo, a 11...dxe5? sigue simplemente 12.Qxd7 Nxd7 13.Rxd7. 11...Ne8 No hay más sitio donde refugiarse. 11...Ng4? 12.h3 Nh6 13.Bxh6 gxh6 es mala, y no digamos ya 11...Nh5? 12.g4. 12.Bf4 a5 Poliak recurre a un modo bastante barroco de reforzar la casilla d6, pero no es fácil encontrar alternativas convincentes. 12...Qg4, por ejemplo, no huele nada bien luego de 13.Nd5 Bg5 14.h3 Qh4 15.Bxg5 Qxg5 16.exd6 cxd6 17.Rd3. Quizá lo mejor sea 12...Qe6 13.Re1 dxe5 14.Bxe5 Qc6 (14...Rd8 15.Qxa7) 15.Nd5 Bc5 16.Qd3; el blanco está encantado de la vida pero todavía no ha ocurrido ninguna catástrofe. 13.Rd3 Korchmar mira descaradamente hacia el ala de rey. 13.Re1 Qf5 14.Nd5 Bd8 15.exd6 Nxd6 16.Bxd6 cxd6 17.c3 también procuraba una sana ventaja. 13...Ra6 Consistente pero ineficaz. Resistía más 13...Qe6 14.Nd5 (14.Re3?! permite 14...dxe5 15.Bxe5 Rd8) 14...Bd8 (14...dxe5 15.Bxe5 Rd8? 16.Nxe7+ pierde) 15.Rad1 c6 16.Ne3 d5 17.c4 dxc4 18.Nxc4, aunque la ventaja blanca es incuestionable. 14.Re1 Qf5 La posición se deteriora a cada jugada que pasa. 14...Qe6 15.Rde3 Qc8 16.Nd5 Bd8 17.e6! parece intimidante, por usar una palabra suave. Lo menos malo, según el ordenador, es la casi surrealista 14...Rc6. 15.Nd5 Bd8 El Titanic empieza a hacer aguas, aunque de momento Poliak se aferra a la vida. 15...Bh4 16.exd6 cxd6 17.Rf3! pierde antes de lo que parece. Una muestra es la eléctrica variante 17...Qg6 18.Rg3! Qxc2 (18...Bxg3 19.Ne7+) 19.Bh6! Bxg3 20.hxg3 (amenazando Rxe8) 20...Nf6 21.Nxf6+ gxf6 22.Re4!. 16.exd6 Nxd6 16...cxd6 no es mejor, como ilustra la variante 17.Bh6! Qg6 (17...gxh6 18.Rg3 Bg5 19.Ne7+) 18.Rde3 Qxh6 19.Rxe8 Rc6 20.c4 Bf6 21.Qg4 Qg5 22.Qd7 g6 23.f4 Qf5 24.Qxf5 Bd4+ 25.Kf1 gxf5 26.Ne7+. 17.Rg3 f6 Forzada a la vista de 17...g6 18.Bh6. 18.Bh6 Rf7 También única, véase 18...Ne8 19.Qc4! Kh8 (si 19...b5 también vale 20.Rxe8!) 20.Rxe8! Rxe8 21.Bxg7+ Kg8 22.Nxf6#. Poliak se ha defendido con ingenio y ahora amenaza con consolidar su posición a base de ...Qd7 y ...Nf5. ¿Adivináis la próxima jugada de las blancas? 19.Nb4! Espectacular. Para que el ataque pueda progresar, la pieza en apariencia mejor colocada debe quitarse de en medio; saltando a b4 amenaza la torre e impide que el negro consiga el tiempo que necesita. Si 19.Nf4?, 19...Qd7 salvaría los muebles. 19...axb4 20.Qxd6!! Id preparando los baberos; Korchmar sacrifica la dama por primera vez. 20...Qd7 Si se acepta la entrega, 20...Rxd6, es mate en tres: 21.Re8+ Rf8 22.Rxg7+ Kh8 23.Rxf8#. 21.Qd5!! Esta segunda entrega, clavando con el mayor descaro la torre de f7, es, si cabe, todavía más asombrosa. 21...Kf8 El negro tiene varias opciones pero todas son igual de horribles. 21...Qxd5 22.Re8+ sigue sin ser posible. 21...Rd6 aclara el sentido de la anterior jugada del blanco: 22.Rxg7+ Kh8 23.Rxf7 Rxd5 24.Rf8#. La defensa 21...g6 parece más resistente, pero la campechana 22.Rge3! pone las cosas en su sitio. Finalmente, 21...Kh8 permite 22.Qxd7 Rxd7 23.Re8#. El modo en que se coordinan las cuatro piezas blancas en las variantes anteriores parece cosa de brujería. 22.Rxg7!! Lo nunca visto: tercer sacrificio de dama en sucesión. Esta vez no hay más remedio que aceptarlo ante la amenaza 23.Rxf7+. 22...Qxd5 O 22...Rxg7 23.Qxd7 y es ahora el alfil el que clava a la torre. 23.Rg8+ Kxg8 24.Re8+ Rf8 25.Rxf8# Un remate digno de un estudio. Y no de los malos, precisamente. 1-0